Mi historia
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Mi nombre es Tana Rosa Becker, nací en Alemania y crecí en Tenerife desde mis 8 meses de vida. Cómo Canaria que me considero, siento desde pequeña que entre mis venas corre el agua del mar, la fuerza del Teide y algunas raíces de la famosa Selva Negra.
Con 18 años decidí irme a estudiar a Alemania, ya que mi independencia económica que me tocó vivir desde los 16 años de edad no me permitían complementar los estudios junto a un trabajo en España. Me di cuenta rápidamente de que vivir en Alemania no me hacía ni me iba a hacer feliz. Debía estudiar, madurar y llevarme todo lo aprendido para Canarias dónde yo sentía que mi vida fluía con libertad y felicidad.
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La moda me cautivaba desde muy joven, recuerdo mi infancia muy coqueta y presumida, al igual que mi adolescencia. Pero una vez llegada a la universidad todo dió un giro y es ahí donde realmente impacta la moda en mí, no por gustarme más o interesarme más, impactó más bien de una manera insegura en mí.
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Con mis pocos recursos económicos no me podía permitir los últimos modelitos y menos aún las ansiadas marcas que tanto se utilizan en los campus. Me di cuenta de la poca aceptación de mi persona porque importaba más mi vestimenta. Nunca antes había sentido ese nulo interés por mí, sin querer conocerme o darme oportunidad a ello. Sólo juzgaban por mi apariencia.
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Tengo que recalcar que yo jamás juzgo a alguien y mucho menos por lo que lleva. Era un sentimiento que no comprendía y por supuesto me dolía…
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Gracias a Dios… ¡No caí en la inseguridad que me creaban!
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Mi ganas de avanzar, pasar esa temporada de estudios amena y sobre todo de volver a mi querida España con estudios hacía que me aferraba aún más en lograr encajar. Fue ahí cuando entré en el divertido mundo de la moda. Un mundo que jamás hubiera conocido tan profundamente si no hubiera experimentado en su día ese rechazo.
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Visitar los rastros de Alemania se convirtieron en mi hobby, les aseguro que a día de hoy es lo único que echo en falta jejeje; son maravillosos, encuentras ropa de marca a precios bajos, vaqueros o chaquetas de tiendas conocidas a 3- 4 €
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Lo que no era de mi talla yo hacía que lo fuera, ajustándolo en el pequeño taller que tenía en mi casa. Me encantaba combinar y jugar con modelos antiguos y transformarlos en algo nuevo y único.
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Aparte de rastros, conocí pequeños negocios de moda LOW COST, tenían modelos de última tendencia a precios asequibles para cualquier bolsillo y ahí fue cuando sentí que yo quería ofrecer lo mismo, quería ayudar a vestir con gusto, con tendencia y con poco dinero.
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Pero no es ahí cuando hice mi sueño realidad…
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En 2015 volví a Tenerife, trabajé durante casi 2 años en una clínica privada, dónde desde el primer momento no me sentía realizada y sólo pensaba que lo que había estudiado no me iba a hacer feliz a largo plazo.
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Por cosas de la vida un día en la clínica tuve un enfrentamiento con un cargo superior. Moralmente no compartía muchas acciones de la empresa en la que trabajaba. Las injusticias o los actos incorrectos con personas, o en este caso pacientes hacen despertar mi carácter y así es cómo yo misma decidí irme de la clínica, sin derecho a paro pero con mi alma tranquila.
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Estuve 2 meses sin saber que hacer, desanimada y nada me hacía sentir realizada.
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Hasta que un día me vino a la mente las tiendas LOW COST que tanto adoraba en Alemania. No tenía apenas ahorros y los que tenía eran junto a mi pareja para nuestra futura boda -la cuál a día de hoy, sigue sin llevarse a cabo jajaja.
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Él desde un principio me apoyó, es más,fue él quien dijo de coger esos ahorros y arriesgarme, fue él quien junto a mi abuelo reformó poco a poco un local que desde que lo vi sabía que era único y mágico.
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Mi primera tienda no era ni es la más moderna y mucho menos la más bonita, pero si es sin duda la que se hizo con más amor e ilusión.
Mi apertura fue en el 2017 y mentiría si les dijera que fue un año bueno, fue un año muy difícil, lleno de muchos impedimentos, tropiezos y lágrimas. Pero yo no me daba por vencida, quería luchar, quería llegar a más personas y sobre todo quería hacer aquello que me hacía feliz.
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A finales de 2018, en mi primera campaña de navidad fue cuando respire aceptación por mis clientes, y fueron ellas las que me lanzaron a hacerme ver por redes sociales, fueron ellas que con su amor y su plena confianza me animaban a que hiciera videos de mis conjuntos.
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Ahí comenzó mi gran aventura….
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Exponerme en un video, en directo o simplemente en una foto me era casi imposible, mi vergüenza muchas veces ganaba y mi inseguridad al que dirán me aplastaba.
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Pero yo no podía evitar afrontar este reto. Quién me ve a día de hoy no puede imaginarse que yo hace nada era tímida, vergonzosa y sobre todo muy insegura.
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Esto lo he superado gracias a la comunidad que formamos en Umbrella,. Gracias a cada cliente que me brinda amor y cariño he podido exponerme al público siendo yo misma. No soy una imagen creada para la marca, ni tampoco hago un papel ante una cámara. Soy yo con mis más y mis menos, con mis defectos y virtudes pero sobre todo con un cuerpo que no es 90-60-90. Ya no me da vergüenza no ser perfecta, porque los estándares que marcan en la sociedad que vivimos sólo es un 3% de los cuerpos reales que existen en este mundo.
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Y es justo esto que me hace diferente a otras marcas. Tanto en tienda física cómo online te acompaña alguien de mi equipo o yo misma. No nos importa la cantidad que puedas gastarte, nos importa que lo que te lleves te haga sentir bien y que lo utilices. Te aconsejamos, medimos tallas reales, daremos nuestra opinión sincera del material y de todo aquello que te pueda crear duda, e incluso muchas veces acabamos en charlas infinitas de cualquier tema que surja.
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En las tiendas se respira un ambiente que te hace sentir bien, las clientas sin conocerse se dan consejos y opiniones.
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Umbrella es real, umbrella quiere hacerte sentir bien.
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Aún no abarco todas las tallas, pero os prometo que el día que pueda permitirme mi propia fabricación, UMBRELLA se convertirá en moda accesible para todos los cuerpos.